El objetivo de una casa sostenible es ahorrar el máximo de energía posible, aprovechar la energía que la casa recibe y minimizar el impacto de este hogar en el medioambiente, ofreciendo confort y cuidado de la salud a sus habitantes.

Las casas sostenibles buscan, a través de 5 ejes, conseguir soluciones más beneficiosas con el planeta y que éstas redunden en el bienestar de las personas.

A la hora de planificar las estancias y su distribución, el hogar debería diseñarse siguiendo los términos de sostenibilidad, confort, eficiencia energética, consumo responsable, etc. a la vez que se adapta a los nuevos tiempos, a sus inquilinos y sus formas de vivir.

Los 5 ejes de una casa sostenible:

A continuación pasamos a ver con más detalle cada uno de estos 5 ejes que nos ofrecen claves a tener en cuenta para un hogar sostenible:

1. REDUCCIÓN Y OPTIMIZACIÓN DEL AGUA

El agua es un recurso escaso que hay que cuidar y que no se puede malgastar, pues no es renovable como tal, ya que el planeta solo tiene un 2,5% aproximado de agua dulce frente al 97,5% de agua salada correspondiente a los océanos.

Para hacer frente al cambio climático y asegurar un consumo racional del agua necesaria en nuestro hogar, debemos economizar y optimizar la que se consume en casa:

• Instalando aireadores y otros sistemas economizadores en grifos y cisternas, se consigue reducir el consumo de agua hasta en un 50%.
• Reservando el agua empleada en la cocina para regar las plantas o fregar, se consigue minimizar su gasto. También se puede recuperar el agua de la ducha y utilizarla después.
• Instalando depósitos que almacenan el agua de la lluvia, se puede aprovechar el agua para el riego de plantas, lavar el coche o la bicicleta, refrescar el patio, etc.

2. ENERGÍA EFICIENTE

Una energía eficiente es aquella que provee sin desaprovechar su potencial, es decir, la que obtiene los mejores resultados empleando la menor cantidad posible de energía.

Para asegurar la eficiencia de las energías utilizadas en el hogar, debemos pensar en maximizarlas, de ahí que el aislamiento y la climatización sean factores importantes ligados a la eficiencia energética.

Un buen aislamiento es el primer paso para tener un hogar eficiente, que puede conllevar hasta un 30% de ahorro en calefacción y aire acondicionado.

• Instalando un buen aislamiento, se consigue reducir el consumo del sistema de climatización. Si se opta por fibras vegetales como el corcho, materias primas de fuentes sostenibles, tales como ladrillos cerámicos, madera, adobe, piedra o bien materias primas recicladas, se logra mejorar la circulación del aire y la transpiración de la casa.
• Los recubrimientos exteriores vegetales como los jardines verticales, optimizan la eficiencia energética al resguardar la temperatura interna de la casa, mitigando el contraste con la temperatura exterior.
• La instalación de toldos contribuye a rebajar la temperatura interior de la vivienda, reforzar el grado de aislamiento de las ventanas y reducir el consumo de energía en climatización. Algunos modelos de toldos llegan a rebotar hasta el 94% del calor del sol.
• Las persianas permiten mejorar el aislamiento y ahorrar energía. En invierno, permiten ganar hasta 4 °C de temperatura frente a una ventana sin persiana. En verano, reducen un 70% la entrada de calor.
• Electrodomésticos eficientes. Los electrodomésticos de la cocina consumen casi la mitad de la energía de una casa. La etiqueta energética informa sobre su consumo y eficiencia energética, así como su impacto medioambiental. La clasificación va de la A a la G, siendo la A la que más eficiencia muestra frente a la G.

3. AUTOCONSUMO Y ENERGÍAS RENOVABLES

El sol y el viento proporcionan energía limpia, ecológica, gratuita y, sobre todo, inagotable. Por cada kW de energía eléctrica producida con paneles solares o aerogeneradores se ahorran 800 kg de emisiones de dióxido de carbono al año.

Generar energía en forma de autoconsumo, sin apenas dañar el entorno y reduciendo las emisiones contaminantes, es otro factor a tener en cuenta a la hora de diseñar una casa.

• Instalando placas solares fotovoltaicas, se logra un medio autosuficiente para producir electricidad.
• El uso de los colectores solares térmicos puede servir para calentar el agua.
• La energía eólica es la que se obtiene gracias a la fuerza que ejerce el viento sobre las palas de un aerogenerador, que la transforma en energía eléctrica.

Al optar por el autoconsumo generado por las energías renovables, se logrará, por un lado, reducir el uso de combustibles fósiles, la emisión de gases contaminantes y la huella ambiental, y por el otro, se contribuye al desarrollo sostenible.

4. ECONOMÍA CIRCULAR

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar todo lo que usa, emplea y gasta en el hogar.

Una de sus claves es alargar la vida útil de los productos y considerar los residuos como nuevos recursos para que puedan incorporarse de nuevo al uso cotidiano:

• Reciclando muebles de segunda mano, o dándoles nuevos usos y funciones de uso.
• Reutilizando envases tales como tarros de cristal, o cajas de fruta.
• Aplicando el concepto de consumo responsable en el hogar, valorando la huella ambiental de los productos usados en la casa.
• Reciclando los residuos orgánicos para hacer compost se obtiene un fertilizante natural que aporta a las plantas los nutrientes que necesitan.

Se calcula que, en 2050, se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida actuales.

5. SALUD Y MEDIO AMBIENTE: GESTIÓN DE RESIDUOS, CONSUMO RESPONSABLE

El medio ambiente que nos rodea está relacionado con la salud en el sentido de que influye directamente sobre la salud y el organismo de las personas. Basta tomar como ejemplo las islas de calor urbanas, y cómo estas repercuten de forma negativa en la salud humana, por el aumento de la temperatura y una peor calidad del aire.

Así, la temperatura ambiente y el aire del interior de la casa, el entorno o el interior de los edificios tienen una gran implicación en el bienestar y en la salud de las personas.

• Ventilación de la casa: renovar el aire de forma periódica para asegurar una calidad del aire, con ventilación cruzada.
• Climatización interior: mantener una temperatura ambiente constante.
• Consumo responsable: elegir productos para el hogar biológicos o con poca huella ambiental, o provenientes de fuentes sostenibles, etc.
• Textiles naturales: a diferencia de los de origen natural, las fibras y textiles sintéticos son productos derivados del petróleo, que pueden soltar microfibras que empeoran el aire que se respira en el interior del hogar, ya que en su mayoría no son biodegradables.
• Pinturas ecológicas: las pinturas ecológicas, de origen vegetal son inocuas para la salud, mientras que las sintéticas, de origen sintético o derivadas del petróleo, pueden soltar vapores que son contaminantes químicos, resultando nocivos no sólo para la salud, sino también para el medio ambiente.
• Iluminación natural: tanto para evitar el consumo de energía eléctrica como para proteger la salud ocular.
• Vegetación: tanto en el interior como en el exterior de la casa, las plantas permiten reducir los efectos de la contaminación del ambiente y de los ruidos, aparte de contribuir a un mayor confort en el apartado climático y térmico.